Sin darnos cuenta y
sin nuestra autorización, Facebook tiene acceso absoluto a nuestras
conversaciones privadas. Te brindamos mas comunicación en la siguiente parte.
Desde el final de la II Guerra Mundial, la ciencia se ha apoyado en el
principio del consentimiento informado para llevar a cabo cualquier
investigación con unas mínimas garantías éticas. Facebook ha sobrepasado la
delgada línea roja.
Corría
el año 1945. Tras los restos de una Europa arrasada por el horror y la guerra,
en la ciudad alemana de Núremberg se iba a producir el juicio de los procesados
por los crímenes nazis. Entre el 20 de noviembre de ese año y el 1 de agosto
del siguiente, la historia marcaría un punto de inflexión. Asistíamos al
nacimiento del conocido como consentimiento informado, un
pilar básico en investigación, que ha sido ignorado por uno de los mayores
gigantes de la red: Facebook.
Los
conocidos como juicios de Núremberg procesaron a 22 oficiales de alto
rango, entre los que se encontraban diplomáticos, oficiales de las SS y
doctores que habían participado en experimentos médicos. Estos estudios serían
considerados como crímenes contra la Humanidad, cometidos contra prisioneros de
los campos de concentración durante la II Guerra Mundial. Todo
valía en la Alemania nazi: las víctimas no podían escaparse de
los macabros juegos a los que eran sometidas.
Casi
dos décadas después, la Asamblea Médica Mundial hizo pública la declaración de Helsinki, un documento que recogía los
principios éticos básicos para las investigaciones médicas en seres humanos. En
su redacción se incluía el derecho del consentimiento informado: los
profesionales médicos debían garantizar siempre la protección de las personas,
informando de manera previa a la participación en un estudio a los posibles
voluntarios, que debían comprender y entender las explicaciones que se les
ofrecieran.
Consentimiento
informado, más allá de la medicina.
Los
horrendos experimentos llevados a cabo en la Alemania nazi condujeron a la
obligatoriedad de respetar el consentimiento informado de los pacientes. Este
principio, que nace con la declaración de Helsinki, se aplica directamente
en ensayos clínicos y otro tipo de investigaciones biomédicas. ¿Debe respetarse también en
otros campos científicos?
La
respuesta la ha ido dando el paso del tiempo. Y es que en ocasiones, la
búsqueda del conocimiento no se ha apoyado en un respeto básico a principios
éticos. Por desgracia, los experimentos nazis no serían las únicas investigaciones que
atacarían las libertades y derechos fundamentales.
En
1970, el sociólogo Robert Allen Humphreys publicó su tesis doctoral, en la que
estudiaba el comportamiento homosexual de hombres "pillados" in
fraganti en baños
públicos. Humphreys actuó como un voyeur a la hora de realizar sus
investigaciones, dejando de lado la privacidad de los hombres que miraba. Sus
estudios estaban muy lejos de la medicina, situándose en un campo más cercano a
la etnografía. ¿Debía por eso olvidarse de que era obligatorio respetar la
intimidad de los sujetos que observaba?
Salvando
las distancia, algo similar ha ocurrido con Facebook. La red social autorizó
una investigación publicada en la revista PNAS, por la que se
llevaba a cabo un experimento entre 689.003 usuarios de habla inglesa. El
objetivo de los científicos era analizar si el contagio
emocional se
producía también en Internet. El estudio, al igual que el realizado años atrás
por Humphreys, no contaría con el consentimiento informado de los sujetos
observados.
La
respuesta la ha ido dando el paso del tiempo. Y es que en ocasiones, la
búsqueda del conocimiento no se ha apoyado en un respeto básico a principios
éticos. Por desgracia, los experimentos nazis no serían las únicas investigaciones que
atacarían las libertades y derechos fundamentales.
En
1970, el sociólogo Robert Allen Humphreys publicó su tesis doctoral, en la que
estudiaba el comportamiento homosexual de hombres "pillados" in
fraganti en baños
públicos. Humphreys actuó como un voyeur a la hora de realizar sus
investigaciones, dejando de lado la privacidad de los hombres que miraba. Sus
estudios estaban muy lejos de la medicina, situándose en un campo más cercano a
la etnografía. ¿Debía por eso olvidarse de que era obligatorio respetar la
intimidad de los sujetos que observaba?
La
investigación ha concluido que los usuarios de esta red social cambian
su comportamiento en función de los mensajes que lean en su muro.
En el caso de que vean estados optimistas, los individuos tienden a escribir
textos más alegres, mientras que si ven comentarios negativos, su estado de
ánimo también se ve afectado en cierta medida.
El
experimento, sin embargo, hizo que Facebook manipulara la visibilidad de los
contenidos publicados a través del algoritmo que sustituyó a la antigua fórmula EdgeRank.
De esta manera, los sujetos seguidos fueron divididos en cuatro grupos en
función de las condiciones y los estados positivos o negativos.
El
estudio involucró, sin que los usuarios lo supieran, el análisis de más de tres
millones de publicaciones. Gracias a la observación de los
mensajes de los sujetos participantes, los investigadores determinaron que
existía un cierto contagio emocional tras haber visto una publicación
positiva o negativa en el muro.
¿Es
legal que la red social haya realizado este estudio sin su consentimiento?
Cuando nos registramos, las condiciones
de Facebook que
aceptamos son a menudo ignoradas por la mayoría de las personas. El problema es
que según explica Forbes, las
cláusulas de Facebook en enero de 2012 no recogían que "se pudiera
utilizar información de este tipo con fines de investigación". Cuatro
meses después de comenzar el polémico estudio, la compañía de Mark Zuckerberg
cambió su política de uso de datos, que actualmente dice lo
siguiente:
Por ejemplo, además de ayudar
a otras personas a ver y encontrar cosas que haces y que compartes, podemos
utilizar la información que recibimos sobre ti para operaciones internas,
incluidos la solución de problemas, el análisis de datos, la investigación, el
desarrollo y la mejora del servicio.
¿Es
ético que Facebook haya utilizado contenidos publicados por sus usuarios para
realizar una investigación? La delgada línea roja que separa las
"operaciones internas" del respeto a la privacidadparece
haber sido sobrepasada. En ningún caso un cambio en las condiciones de uso de
Facebook se asemeja a la firma de una declaración de consentimiento informado.
En
ese sentido, la mayor parte de sociedades científicas son muy claras definiendo
la importancia del consentimiento informado. La Asociación Americana de Sociología,
aunque reconoce que "obtener el consentimiento informado en algunos
experimentos resulta complejo", establece que sólo en casos excepcionales
se debe omitir el derecho de los participantes a ser informados de que van a
ser estudiados.
Por
otro lado, la Asociación Americana de Psicología también establece como principio
básico el consentimiento informado, al "garantizar como profesionales la
dignidad y derechos individuales de cada persona". La investigación
promovida por Facebook no cumple con las reglas básicas sobre las que se apoya
el consentimiento informado:
§ Capacidad: los individuos deben poder tomar
decisiones.
§ Voluntariedad: las personas no deben aceptar
participar en un estudio si han sido sometidos a persuasión, manipulación o
coerción.
§ Información: los usuarios deberían haber recibido
una explicación clara y divulgativa por parte de Facebook sobre la
investigación que se iba a realizar.
§ Comprensión: tras haber recibido dicha información,
las personas deben haberla entendido antes de firmar el documento de
consentimiento informado.
¿Aprovechó
Facebook el desconocimiento de los usuarios para llevar a cabo el estudio?
¿Habría sido la muestra tan grande (más de 600.000 personas) de haber informado
previamente a los participantes? Aunque la investigación ha sido duramente
criticada por su pobreza metodológica,
no debemos olvidar lo más importante: no cumplir las reglas éticas más básicas en
investigación puede pagarse muy caro. La historia lo ha
demostrado.
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