Mira por que
se dice que esta Red Social está llegando más hay de lo normal y la privacidad.
Pero
hoy no vamos a hablar de “selfies”. O, bueno, al menos no de las “selfies”
tradicionales y es que a alguien, quién sabe el motivo, se le ha ocurrido ir un
poco más allá. ¿Cómo? Con las “aftersex selfies” que,
como su propio nombre indica, se trata de fotografías tomadas a uno mismo
después de practicar relaciones sexuales y publicarlas en Instagram. Este fenómeno ya tiene hashtag y todo:#aftersex.
O, para los que lo prefieran, uno dedicado exclusivamente a temas capilares: #aftersexhair.
Aunque algunos
utilizan este hashtag para intentar
dar publicidad a fotos no relacionadas, sí que hay usuarios que lo utilizan
para compartir los momentos posteriores al sexo. O, al menos, eso dicen ellos.
Algunos sólo muestran sus caras. Otros van más allá
y, aunque se tapan sus respectivas partes, dejan a la vista gran parte de su cuerpo desnudo.
¿Por qué la gente publica fotografías de este tipo en Instagram?, se preguntan en Nerve, que fueron los primeros en hablar de
esta nueva tendencia. Por lo mismo que en su día se puso de moda el compartir fotografías de platos de comida:
algunos dirán que es arte pero personalmente digo que es porque a la gente, y
en particular a algunos instagrammers, les gusta presumir. “Oh, mira, acabo de practicar sexo” es el nuevo “Oh, mira, me han servido un plato delicioso”.
La moda de compartirlo
todo
¿Recordaras la época en la que lo que estaba de moda era sacarse
fotografías a uno mismo frente al espejo? El usuario ha evolucionado desde
entonces: en lugar de compartir una fotografía propia sin contexto ni
significado, ahora lo que toma protagonismo
es la experiencia en sí, el compartir con el resto los mejores
momentos. Una foto en el baño no te dice nada, pero sí las fotos de tus
vacaciones, las de la deliciosa cena que te han servido en el restaurante, la
de la comida que has cocinado…
Desde
la aparición de las redes sociales,
hemos vivido un incremento en la práctica del oversharing(o
de compartirlo todo): hacer partícipes a todo el mundo de nuestra vida,
publicando actualizaciones, fotos o
vídeos personales que otros no necesitan. Ya en 2009 los psicólogos Jean M. Twenge y W.
Keith Campbell definían esto como una “epidemia del narcisismo”, del culto a la
imagen propia alimentado más aún por las redes
sociales y la búsqueda de la aprobación de otros.
En ocasiones,
compartimos información personal siendo consciente de esto, pero otras veces ni
siquiera nos damos cuenta. No hace mucho un cómico realizó una broma curiosa: recopilaba todo
lo que publicaba una persona de su entorno en las redes sociales y después se acercaba a ellos para sorprenderles con
toda la información que había conseguido. “Ey, Lorena,
¡feliz cumpleaños!”, le dijo a una chica completamente desconocida
y es que, efectivamente, sí que cumplía años ese día. Os podes imaginar la cara
de la gente.
Con #aftersex todavía se va un poco más
allá: lo que hasta entonces era
un momento íntimo, que sólo se vivía con la pareja o compañero
de actividades sexuales, ahora está al alcance de todos los que les sigan en Instagram. Si antes ya parecía que
algunos parecían disfrutar más de sacarle una foto a una hamburguesa para
publicarla en Instagram que
comiéndosela… ¿Veremos cómo una tontería como #aftersex se convierte en moda, haciendo que el momento más
importante del sexo sea justo posterior al mismo y retocando nuestra
apariencia, al milímetro, para salir guapos en la foto?
¿Y si te arrepientes
después?
De momento, eso
sí, alguno ya parece haberse
arrepentido de la
atención que los medios están dando a sus fotografías #aftersex y han decidido
eliminarlas (como consecuencia, algunos reportajes que utilizaban la
función de insertar de Instagram
están plagados de mensajes de “contenido no disponible”). Pero ojo con lo que
publicas: que lo hayas borrado del servidor no significa que haya dejado de
existir. Otros medios, por ejemplo, han publicado capturas de dichas imágenes… y ahí el usuario
ya no tiene tan fácil el deshacerse de ellas.
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